Telefónica, una de las principales compañías de telecomunicaciones en España, está en proceso de evaluación de un nuevo plan de salidas voluntarias en el país ibérico. Este plan, que sería el cuarto en menos de una década, podría llevar a la salida de hasta 5.000 empleados de la empresa en los próximos años, aunque se espera que la cifra final sea ligeramente superior a la mitad de esa cantidad.

La información, adelantada por el diario Expansión y confirmada por fuentes del sector a EL MUNDO, sugiere que Telefónica busca optimizar sus operaciones mediante la reducción de costos. Esto se enmarca en un contexto marcado por el inminente apagado de la red de cobre programado para el próximo abril, así como por los desafíos que enfrenta el sector de las telecomunicaciones en Europa.

Hasta el momento, Telefónica ha optado por no hacer comentarios al respecto.

Internamente, estos planes son conocidos como PSI, que son las siglas de "Plan de Suspensión Individual". Estos planes han sido la estrategia de elección de la compañía para ajustar su fuerza laboral, al tiempo que mantienen relaciones armoniosas con los sindicatos.

Se espera que la empresa proporcione más detalles sobre este plan durante su Día del Inversor, programado para el próximo 8 de noviembre, cuando presente su plan estratégico para los próximos cuatro años. Aunque los detalles específicos aún no se han revelado por completo, se anticipa que la eficiencia operativa será uno de los pilares de este plan estratégico, lo que sugiere la posible ejecución de un plan de salidas plurianual.

Uno de los factores que impulsan esta decisión es el apagado de la red de cobre de Telefónica en abril, lo que dejará a numerosos empleados sin funciones específicas. En consonancia con esto, la empresa ya anunció el cierre de más de cien sedes relacionadas con la gestión de la red de cobre en España, lo que resultó en la reubicación de 266 empleados. Además, se ha externalizado la gestión del número de atención al cliente 1004, lo que afecta a cientos de trabajadores que anteriormente desempeñaban esa función.

Estas medidas no han sido bien recibidas por los sindicatos, que estaban negociando mejoras en las condiciones laborales con la empresa, así como una extensión del convenio colectivo del grupo. Esta negociación podría estar vinculada al nuevo plan de salidas, similar a lo que ocurrió en la última extensión del convenio en 2021.

En caso de que se confirme la implementación de este plan, Telefónica se uniría a otras empresas del sector de las telecomunicaciones que han anunciado recortes de personal, siendo Nokia el ejemplo más reciente. Estos recortes se han producido en medio de llamados constantes por parte de las empresas para reformar el marco regulatorio europeo, una cuestión que está siendo debatida en una conferencia de ministros del sector que se celebra bajo la presidencia española del Consejo de la Unión Europea.

Es importante destacar que estos planes de suspensión individual suelen ser bien recibidos por una parte significativa de la plantilla, ya que permiten a los trabajadores abandonar la empresa con un porcentaje de su salario y diversas prestaciones, que se extienden hasta los 65 años, aunque no eximen al trabajador de buscar otro empleo. El último plan de este tipo se cerró en enero de 2022 con la adhesión de 2.418 empleados, quienes recibieron entre el 65% y el 68% de su salario, además de beneficios adicionales. Se espera que el nuevo plan tenga una aceptación similar, ya que muchos empleados que pueden acogerse al mismo han rechazado anteriormente esta vía de salida.

Es relevante tener en cuenta que Telefónica ha implementado otros dos planes de suspensión individual en los últimos años: uno en 2019 que resultó en 2.600 salidas, y otro en 2015 que llevó a la salida de 6.300 empleados entre 2016 y 2017. Estos planes se suman a una serie de medidas que la empresa ha tomado a lo largo de las últimas décadas para ajustar su plantilla.